Insignia identificativa de Facebook

miércoles, 28 de mayo de 2014

Esta madrugada

Cabizbajo, llegué por fin a casa. No había sido una buena noche, seguramente como consecuencia de mi estado de ánimo, casi nulo. Desde un tiempo a este momento presente, nada era como antes. Todo había cambiado. Sobre todo yo. Cuanto acontecía a mi alrededor lo vivía como un sueño, como un mero espectador, incapaz de hacer nada por cambiar lo que sucedía. Aún cuando me daba la circunstancia de poder sentirme despierto, vivo, no tardaba en agazaparme y protegerme de nuevo en mi mundo, no del todo ideal, aunque fuese el mío.

Dejé la frialdad en el umbral, al lado de algunos sentimientos que habían quedado allí como restos de tiempos mejores. No es que me gustase mostrarme frío a los demás, pero sin esa protección creía desnudas emociones que no quería mostrar, pues nunca fue bueno que surgieran al exterior.
Sin saber muy bien por qué sentía tal necesidad, reuní mis pensamientos para escribir y empecé mi relato: "Cabizbajo, llegó por fin a casa. No había sido una buena noche..."

En esta madrugada no puedo, o no sé, terminarlo. Me dije que quizá lo haría en otra de esas solitarias noches que tanto se repetían, pero en mi interior deseaba nunca acabar de escribirlo. Olvidarlo, destruirlo, dejar de sentirme identificado en cada palabra.
Relato

No hay comentarios: